domingo, 25 de marzo de 2012

La Ciudadela de Hué. (1ª parte)

Esa mañana, nos despertamos tempranísimo, antes incluso de que sonara el despertador. Después de casi 20 días de viaje, ya era la costumbre.



Salimos caminando en busca del centro comercial de anoche, para comprar algo de desayuno y porque estaba de paso hacia la Ciudadela, dentro de la cual se haya el Recinto Imperial de Hué, en cuyo centro se encuentra la Ciudad Púrpura Phohibida.



Ya tendríamos que haber tenida aprendida la lección en cuanto a lo del tema de las comparaciones aquí en Asia. Nosotros habíamos venido a esta ciudad a ver algo parecido a lo que nos encontramos el año pasado en nuestro viaje por China, algo similar a la grandiosa Ciudad Prohibida de Pekín.
  

Fácilmente se puede encontrar información en Internet acerca de ésta. Se habla mucho y bien, incluso hay libros y guías de viaje que recomiendan ir a visitarla para compararlas, pero la verdad queridos viajeros, es que no hay casi nada que comparar.
La única e inimitable Ciudad Prohibida esta en China.

Muros y foso de la Ciudadela, con la torre y el asta de la bandera más alta de Vietnam.

Puede que sea similar en cuanto a la historia de los emperadores, y hasta en su distribución, pero para nada se puede comparar en dimensiones, grandiosidad, y sobre todas las cosas, en el estado de conservación de ambas. Mientras que la original esta intacta, aquí no hay sino ruinas, culpa de los bombardeos durante la guerra, y solo se esbozan bocetos de su gloria, sobre todo gracias a unos cuantos edificios restaurados.

Entrada a la Ciudadela, puerta de Ngan.

Dicho todo esto, el sitio también tiene su encanto, y por tanto, valorando las cosas en su justa medida, no hay que desmerecerla. Ya dentro, mientras se pasea por sus rincones, se respira un cierto aroma a solemnidad, pero tampoco tanto como para pretender decir que es lo mismo que en la de Pekín.

Después de habituallarnos para el desayuno, en "nuestro" centro comercial, que está a mano derecha, justo en la salida del puente que cruza el río Perfume llegando desde la cuadra de calles principales de la ciudad, caminando unos minutos hacia el lado contrario del mismo, se comienza a divisar uno de los emblemas de la Ciudadela de Hué, el asta de bandera más alto de todo Vietnam.

Hasta ella nos encaminamos, mientras el clima empezó a amenazarnos con jugarnos una mala pasada, y efectivamente, así fue.
Una fina lluvia comenzó a calarnos, nos que nos puso un poco de mal humor, al no poder fotografiar todas las cosas nuevas que iban surgiendo a nuestro paso.

Nada más acercarnos a la torre de la bandera, nos topamos con los muros de la Ciudadela, con unos 10 km de longitud y unos 2 metros de grosor.

Dos de los cuatro cañones que simbolizan las cuatro estaciones.

Después de inmortalizarla, buscamos la puerta más cercana de las diez que tienen estos muros para adentrarnos en la Ciudadela. Retrocediendo un poco, encontramos la puerta de puerta de Ngan, la que al atravesarla, contiene cuatro de los nueve cañones sagrados que hay en el recinto.
Estos cuatro enormes cañones representan a las cuatro estaciones, mientras los otros cinco, que están tras la puerta que esta al otro lado de la torre de la bandera, representan simbólicamente a los cinco elementos.

Adentrándonos un poco más en la ciudadela, nos topamos con la entrada en la que se pagan los tickets para acceder al Recinto Imperial.
Justo en el momento de comprar las entradas, comenzó a llover con fuerza.

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