Wat Phra Kaew desde el parque Sanam Luang |
Después de una noche un poco rara en cuanto al descanso, yo por lo menos, que cualquier cosa me perturba el sueño, más el maldito Jet Lag, Mari no, ella es capaz de dormir sobre el filo de un cuchillo, salimos a las calles de Khao San en busca de desayuno.
Como en la experiencia del año pasado en China, lo que hicimos fue repetir, y buscar un establecimiento tipo 7eleven y comprarnos unos yogures líquidos y galletas Oreo (de imitación) y desayunar mientras caminábamos.
Hoy nuestra ruta, sería a pié en busca de los principales puntos de interés de Bangkok. Para ello, seguimos los pasos de la ruta iniciada anoche, descubriendo muchas cosas que se nos habían pasado anoche, debido a la oscuridad y a los mercadillos ambulantes nocturnos, que aquí en Asia lo inundan todo, ya fuesen monumentos, esculturas, canales (con su basura y su gran cantidad de indigentes viviendo en ellos), etc.
Sin mucha dificultad, desde que nos orientamos claro, ya que los primeros minutos fueron de deambule por las calles llenas de humeantes "chiringuitos", donde la gran masa de gente se agolpaba para comprar sus grasientos desayunos, llegamos a las puertas del recinto donde se hayan el Wat Phra Kaew y el Gran Palacio.
La entrada por cabeza fue de 400 Bth, incluyendo las dos atracciones del recinto, un pequeño museo de joyas, coronas y anillos de los reyes, y otra entrada a una tercera atracción turística, un museo de no sabemos qué, que no se encontraba allí, sino a unos kilómetros de distancia, y que nunca fuimos a visitar.
La estética del Wat Phra Kaew, muy thai, es realmente original, bonita y singular.
Buda Esmeralda |
El también llamado Buda Esmeralda que alberga en su interior es pequeñito, pero tiene una historia detrás que es lo que lo ha hecho tan famoso.
En realidad, era un Buda más de la época, al que habían dado una capa de escayola para ocultarlo y que no llamara la atención de los ladrones.
Cuando se reveló su interior luminiscente, coincidiendo con una victoria sobre Laos, consiguió un gran ascenso y fue depositado en este magnífico lugar, uno de los más impresionantes de todo el país.
Cuando se reveló su interior luminiscente, coincidiendo con una victoria sobre Laos, consiguió un gran ascenso y fue depositado en este magnífico lugar, uno de los más impresionantes de todo el país.
Como ya nombramos, el pequeño Buda Esmeralda, esta situado en un altar exageradamente decorado, y es el principal referente para los turistas y para los devotos budistas que hasta aquí peregrinan.
En los jardines traseros del conjunto arquitectónico, se haya el Palacio Real.
Hoy en día, el monarca casi no lo utiliza, salvo algunas salas para algún acto especial.
Su fachada exterior, magníficamente conservada, impresiona por su colorido y su belleza.
Vista panorámica del Palacio Real |
Su fachada exterior, magníficamente conservada, impresiona por su colorido y su belleza.
Un detalle que nos llamó particularmente la atención y que nos gustó mucho, fue que aparte de la cantidad ingente de turistas, con los que nos divertimos interactuando, sobre todo con los chinos, que nos pedían salir en sus fotografías o simplemente que los fotografiásemos a ellos, observamos muchísimos escolares, de diferentes edades, que recibían nociones de su cultura e historia por sus profesores allí mismo, sobre el terreno.
Como siempre decimos, un dato importante para saber hacia donde vamos, es saber de donde venimos.
Un punto a favor para la educación de los jóvenes del pueblo Tailandés, enhorabuena.
Realmente, era muy temprano, no más de las 10:30 u 11:00 cuando terminamos esta visita, pero el intenso clima, estaba haciendo mella en nosotros dos, aún no adaptados.
La dieta de agua y la intensa sudoración, es lo típico aquí, es raro que casi nadie haga referencia a ello. Nosotros mismos lo habíamos olvidado hasta volver a este lado del mundo, pero nada más salir del avión, lo volvimos a recordar y hoy, el primer día de exploración en Tailandia, lo sufrimos en nuestras carnes de una manera brutal. El calor, que rondaba los 30º y la fuerte humedad hacía que la ropa se nos pegase por todo el cuerpo.
La dieta de agua y la intensa sudoración, es lo típico aquí, es raro que casi nadie haga referencia a ello. Nosotros mismos lo habíamos olvidado hasta volver a este lado del mundo, pero nada más salir del avión, lo volvimos a recordar y hoy, el primer día de exploración en Tailandia, lo sufrimos en nuestras carnes de una manera brutal. El calor, que rondaba los 30º y la fuerte humedad hacía que la ropa se nos pegase por todo el cuerpo.
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