miércoles, 23 de mayo de 2012

Ultima excursión en Bahía de Halong (5ª parte)


Casi sin terminar el desayuno, se nos pidió a todos que dejáramos el equipaje preparado, para salir ya a realizar nuestra última excursión, y dejar las habitaciones después de una ducha rápida, para que en la travesía de vuelta, les diese tiempo a dejarlas listas para nuevos huéspedes.

 
Menos mal que habíamos madrugado y que éramos previsores, pues ya teníamos casi todo listo, no así al resto de nuestros compañeros.


Mientras habíamos estado en la cubierta superior, antes del desayuno, nos dimos cuenta de que nuestro junco zarpaba lentamente.

 Pensábamos que ya habíamos tomado el rumbo de vuelta, pero no, lo que hacían era acercarnos a otro grupo de islotes, donde en el más grande, teníamos programada, nuestra última exploración.

Desde que todo el mundo estuvo listo, nos dirigieron al bote auxiliar y a toda máquina, dando otro agradable paseo en que nuevamente pudimos admirar la belleza de la zona, esta vez con un sol cegador, nos trasladaron hasta la roca más grande de las que había en la zona.

Comenzamos otra ascensión por las empinadísimos senderos de toda Asia...

Si han leído este blog, detectarán, que al igual que en el de China, siempre estamos hablando de subir y subir escaleras o caminos, y es que parece que aquí, siempre las cosas interesantes estuviesen todas colocadas adrede en lo más alto.

 A mitad de montaña, encontramos otra de las numerosísimas cuevas de estas formaciones kársticas de piedra caliza, y entramos a curiosearla.

  
Esta cueva, aún no estaba suficiente "turisteada", ni la tenían iluminada al "estilo Asia", pero ya la estaban preparando para los futuros visitantes, o sea que en breve, a buen seguro que la "tunearán".


Después de la breve visita a esta cueva, no tan grande como la Cueva Sorpresa, de ayer, seguimos ascendiendo el sendero, hasta que llegamos a la gran atracción de esa roca:  
Una especie de laguna interior que hay en el centro de esta enorme roca.

 La verdad es que la vista panorámica resultaba espléndida.

El agua estancada de color verdoso, rodeada por todas partes por la gigantesca piedra caliza, parecía sacada de alguna película del paraíso.

Además de la vista a esa laguna, por todo el camino, se podían conseguir muchos pequeños miradores cada cual más espectacular a la propia bahía.

Una vez hecha cima, después de unos minutos para que los "guirufos" sacásemos las fotografías de rigor, lentamente, sin muchas ganas de irnos, comenzamos el descenso por el peñasco para ir retornando ya hasta nuestro bote, que nos conduciría al Cristina Suite Cruise, para comenzar la travesía de retorno hasta la ciudad de Halong.


Nuestro mini-junco auxiliar del Cristina Suite Cruise.


En la bajada, tuve que aguantar la "guasa" de mi "compañerita", que además alentaba a los demás al cachondeito, con su frasesita graciosa: - ¡cuidadito que eres un torpe y te nos matas como ayer en la Cueva Sorpresa! - 

Nuestro junco, el Cristina Suite Cruise.

Una vez abordo del junco, rápidamente nos dimos la ducha pactada, y sacamos nuestras pertenencias al comedor del barco, para dejar libre la habitación.


 Mari y yo, nos subimos, como de costumbre, a la cubierta superior, para disfrutar por última vez de los impresionantes paisajes del camino de vuelta.


Lentamente fuimos deshaciendo el camino, pasando por delante y dejando atrás las miles de inmóviles y gigantescas rocas de la bahía de Halong.


Las imágenes que íbamos dejando atrás, dentro de la bahía, eran sobrecogedoras.
Otra cosa, es cuando ya se sale del interior del laberinto de rocas, y se llega al exterior del mismo, justo cuando se llega trecho de mar abierto, entre la Bahía y la ciudad de Halong.


Aquí, puede ser por que sea el lugar elegido de los tour-operadores para realizar las excursiones algo más básicas, las de un día, constatamos una vez más, lo tremendamente masificado por lo turístico que está este lugar.


Un ejercito de grandes y pequeños juncos, de barcos imitación de los vapores que surcaban estas aguas allá por el siglo IXX de todos los tamaños y colores, o de pequeños yates privados, unos más lujosos que otros, desfilaban sin orden de algún tipo, en busca de los lugares y las rocas más famosas de la Bahía.


Cuando llegamos a las cercanías de unas rocas muy famosas, fotografiadas y nombradas en todas las guías y agencias de excursiones en todo Vietnam, nombradas por unos, algo así como las "Rocas que se besan" o llamadas por otros "Los gallos que combaten", (lo que le sugiera la imaginación a cada cual, como siempre aquí), el apelotonamiento de barcos en procesión, luchando para conseguir el mejor sitio donde avistarlos, era totalmente subrealista, casi se abordaban unos a otros, una locura auténtica.


Según nos aproximábamos a la costa donde desembarcaríamos, donde está situada la ciudad de Halong, la porquería en el agua se hizo notar, así como el tremendo laberinto de miles de barcos para turistas allí fondeados, que tenía que sortear el nuestro para llegar lo más cerca posible al muelle.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...