De regreso a España. Cantabria infinita...

La vuelta a España, como ya mencionamos en el penúltimo artículo, fue una auténtica tortura en forma de odisea de vuelos.

Pero es que, además, en el aeropuerto de Madrid-Barajas, nos encontramos con un caos total por culpa de la fiesta de todos los santos del 1 de noviembre, junto con una oportuna huelga de AirEuropa.

Catedral de Burgos.

Estuvimos, por espacio de unas cuantas horas, "colgados" en las "timo-máquinas" del tedioso y desesperante acceso a Internet en el aeropuerto, buscando vuelos y/o alguna oferta de última hora que pudiésemos aprovechar para esos días que nos habían sobrado del viaje a Asia, ya que tampoco podíamos regresarnos a Tenerife desde Madrid por el precio prohibitivo de los pasajes, y como no conseguiamos nada, "reventados" por las horas de trayectos y de escalas entre vuelos, decidimos alquilar un coche, y salir sin rumbo a buscar un hotel para descansar, y ya por la mañana, decidiríamos con más claridad hacia donde encaminar nuestro rumbo.

Panorámica de la playa 2ª del Sardinero.

A las afueras de Madrid, paramos en un hotel de carretera cualquiera, y a pesar de que, de entrada, nos pareció algo caro, 50€, (era porque aún estábamos acostumbrados a los precios en Asia), nos sorprendió muy gratamente su interior, ya que estaba decorado con un estilo a lo "castillo medieval".

Más aún nos sorprendió su restaurante, y es que, también aún acostumbrados a la comida asiática, cuando nos ofrecieron un menú con vino, salmorejo, sopa castellana, codornices, etc, nos hicimos un homenaje, como hacia más de un mes que no disfrutábamos.

A la mañana siguiente, decidimos seguir la carretera que nos llevaría hasta el norte de nuestro país, hacia las comunidades en las que menos habíamos profundizado, que en principio serían la Asturiana y la Cántabra.

De camino, paramos en Burgos, en donde hemos estado varias veces, pero donde nunca nos cansamos de contemplar las espectaculares catedrales de su centro histórico.

Continuamos nuestro camino hasta que llegamos hasta Santander, la capital de Cantrabria, visitando de camino algunas de sus playas más famosas y turísticas, como por ejemplo, las del Sardinero, y continuamos "costeando" hasta llegar a Suances, donde hicimos noche en un hostal regentado por un simpatiquísimo casero, quién nos hizo mil y una preguntas acerca de nuestro viaje por el sudoeste asiático.

Paseo marítimo de Santander.

Desde Santander, en un cíver, habíamos mandado el e-mail típico típico a nuestros familiares y amigos, titulado, como solemos hacer, a nuestro estilo:

¡Saluditos desde Santander!

Cuando ya dormíamos, sonó nuestro teléfono. Era la voz de una amiga hecha en nuestro anterior viaje a Egipto, Pilar, la esposa de Chente, con quienes mantenemos hoy en día, contacto vía e-mail:

- ¡Oye! ¿Estáis en Santander? - Nos preguntó algo sorprendida...

- ¡Sí, en Suances! ¿No habíamos hablado que si alguna vez visitábamos tu tierra, nos invitarías a un café? -

- ¡Hecho! ¡Mañana nos vemos en Torrelavega! -

Esta corta conversación, cambió nuestro destino de esos días, pues ese café se demoró por varios días en su compañía, en los que nuestros amigos, se convirtieron en nuestros anfitriones y experimentados guías por muchos de los rincones más hermosos de Cantabria, tanto por sus costas, como por sus montañas y pueblos más emblemáticos.

Panorámica en la Comarca de las Villas de Pas.

Fue un lujo contar con estos dos paisanos, que debido a sus profesiones, están preparados para dar información perfectamente documentada sobre su tierra.

No tenemos palabras suficientes para agradecerles lo que hicieron tan desinteresadamente esos días por nosotros, descubriéndonos unos paisajes realmente espectaculares, de los que nos hacer reflexionar profundamente a los que nos sentimos viajeros, pues es que a veces, no hace falta irse tan lejos para descubrir cosas apasionantes, porque aquí mismo, en casa, hay infinidad de lugares mágicos para explorar.

En la próxima entrada, colocaremos un vídeo resumen en Cantabria, a modo de capítulo final de esta historia, y dejaremos las fotografías y comentarios por si alguna vez, decidimos abrir un apartado para nuestros viajes a la espectacular España nuestra.